Pensé débilmente y sin tristeza en el relato que había intentado articular, relato a imagen de mi vida, quiero decir sin el valor de acabar ni la fuerza de continuar.
Samuel Beckett - El final
Me reconfortaba sentir el peso de la pistola en mi bolsillo.
Anna Kavan - Hielo
El aire estaba lleno de música.
Raymond Chandler - Playback
Ignorando los gemidos de mi estómago vacío, me puse el rifle bajo un brazo y me arrastré hacia la abertura de la ventana más próxima.
Brian Aldiss - Un mundo devastado
Volví a ponerlo en su sitio y seguí cantando.
Heinrich Böll - Opiniones de un payaso
Como si no pensara en nada.
Thomas Bernhard - El italiano
Busqué el bolso y las llaves del coche y salí de la casa sin hacer ruido.
Rachel Cusk - Tránsito
Había creído sentir sobre la boca el vientre viscoso y frío de un sapo.
Leopoldo Alas Clarín - La Regenta
¿Qué más se puede pedir?
Vivian Gornick - Mirarse de frente
Me resultaba difícil saberlo, sentía que la época de las respuestas sencillas y límpidas se había acabado para siempre dentro de mí.
Natalia Ginzburg - Y eso fue lo que pasó
Las abejas zumbaban y llenaba el aire el pegajoso olor de los claveles.
Kate Chopin - El Despertar
¡Cuánto me alegro de estar de nuevo en casa!
L. Frank Baum, - El mago de Oz
Estaba sentado allí y estaba temblando de recuerdos.
Jonas Mekas - Ningún lugar adonde ir
De abajo llegaba tenue el sonido del piano y el violín.
Milan Kundera - La insoportable levedad del ser
El viento pasaba por entre los barrotes.
Boris Vian - El arrancacorazones
Yo agaché la cabeza.
Juan Rulfo - El llano en llamas
Pensé que escribir esta historia sólo podía ser un crimen o una plegaria.
Emmanuel Carrère - El adversario
De improviso, todo se oscureció y la ventana del otro lado perdió su luz al tiempo que la voz, volando, se alejaba más y más hasta desaparecer por completo.
Yukio Mishima - Los años verdes
Una vez más era el momento de emprender el vuelo.
Roberto Calasso - Ka
Tropecé con una silla… y salí.
Roberto Arlt - El juguete rabioso
Aguardé un poco, y volví al coche, y me alejé en él hacia dondequiera que me estuviera dirigiendo.
Kazuo Ishiguro - Nunca me abandones
Las olas rompían sobre la playa.
Virginia Woolf - Las olas
Después di la vuelta y seguí sendero abajo de vuelta a este mundo.
Jack Kerouac - Los vagabundos del Dharma
No llovía.
Samuel Beckett - Molloy
Y salí al mundo.
Máximo Gorki - Días de infancia
Mozart me estaba esperando.
Hermann Hesse - El lobo estepario
Y a mí no se me pudo poner dura.
Charles Bukowski - Factótum
Venía presintiendo aquello desde hacía largo tiempo.
Dostoyevski - El doble
Recordé sobre todo la longevidad de los cactus: ochenta años o más en una tierra seca y cobriza.
Guadalupe Nettel - Bonsái
Y siguiendo con los ojos el vuelo de las libélulas entre las plantas silvestres y las campanillas, y oyendo el rumor de la suave brisa entre el césped, me admiré de que alguien pudiera atribuir inquietos sueños a los que descansaban en tan quietas tumbas.
Emily Brontë - Cumbres borrascosas
Entonces surgió una especie de lejanía dentro de mí.
Herta Mülller - Todo lo que tengo lo llevo conmigo
Anduve algún tiempo por el andén, antes de entrar en un compartimento; el tren no tardó en salir.
Georges Bataille - El azul del cielo
Esta vez, con destino desconocido.
Amélie Nothomb - La nostalgia feliz
Con el billete de ferrocarril que venía cosido a ese boletín de hospitalización, había podido emprender el viaje.
Thomas Bernhard - El aliento
Parecía conducir directamente al corazón de las inmensas tinieblas.
Joseph Conrad - El corazón de las tinieblas
Y luego, con sumo cuidado, con la taza de café llena casi hasta el borde en una mano y el colmado plato en la otra, me encaminé por el pasillo hacia mi asiento.
Kazuo Ishiguro - Los inconsolables
Los ojos y los rostros se volvieron hacia mí, y guiándome por ellos, como por un hilo mágico, entré en la habitación.
Sylvia Plath - La campana de cristal
Durante un segundo casi los oí respirar.
Siri Hustvedt - El mundo deslumbrante
El pañuelo con que me tapaban la boca era enorme y me lo metían hasta la garganta, más adentro, más.
Amparo Dávila - Muerte en el bosque, Tiempo destrozado
Pero yo quería volver a casa, no quería en absoluto pasar a una vida nueva, morir.
Orhan Pamuk - La vida nueva
Y fueme peor, como v. m. verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres.
Francisco de Quevedo - La vida del Buscón
Pero esa es otra historia y, como dije al principio, éste es sólo un relato para leer en la cama en una vieja casa una noche de lluvia.
John Cheever - Parecía un paraíso
No, nada de relatos, nunca más.
Maurice Blanchot - La locura de la luz
En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo.
J.D. Salinger - El guardián entre el centeno
Shantih shantih shantih
T. S. Eliot - La tierra baldía
En el mundo, todo marchaba bien.
B. F. Skinner - Walden Dos
Y, considerando que la historia había tenido tantos finales que en realidad no acababan nada y sólo continuaban algo, algo que no cabía en ninguna historia, me hacía falta un acto ritual para ponerle fin a la historia.
Lydia Davis - Final de la historia
Mas ya pensaría algo.
Arthur C. Clark - Una odisea espacial 2001
Se trataba de deslumbrar, no de enseñar.
Jean Genet - El funámbulo
Estábamos solos, con las manos enlazadas, y era mediodía.
Paul Feyerabend - Matando el tiempo
No era mucho, pero a mí que sólo buscaba imágenes para guardarlas en los ojos, tal vez me bastaba.
Italo Calvino - Los amores difíciles
Allí, por entre una interrumpida hilera de casas que se interponía entre nosotros y el puerto, en el lugar donde el ojo encontraba toda clase de estratagemas, desde ropa interior azul claro y rosa haciendo equilibrios en el alambre de la ropa tendida, o una bicicleta de señora y un gato listado compartiendo raramente un rudimentario balcón de hierro forjado, se podía distinguir, entre los confusos ángulos de techos y paredes, una espléndida chimenea de barco que asomaba por detrás del alambre de ropa tendida, a la manera de ese elemento de una ilustración complicada —Encuentre el objeto que ha escondido el marinero— que, una vez localizado, no puede dejar de ser visto.
Vladimir Nabokov - Habla Memoria
Había en las nubes grises y severas que cubrían el cielo algo tirante, implacable... como si quisieran morir y esparcirse en lluvia torrencial, con el propósito firme de limpiar de lodo esta tierra de desgracia, de torturas y de tristeza... Maximo Gorki, Los exhombres Y no eran más que una delgada capa, entre otras muchas, de las impresiones que formaban nuestra vida de entonces; el recordar una determinada imagen no es sino echar de menos un determinado instante, y las casas, los caminos, los paseos, desgraciadamente, son tan fugitivos como los años.
Marcel Proust - En busca del tiempo perdido.
Por el camino de Swann
Fue la luz más hermosa del mundo.
Roman Gary - La exhalación
Y volví al hotel bajo la lluvia.
Ernst Hemingway - Adiós a las armas
Lo miré a los ojos, crueles y alegres, y esperé a que terminase.
Rachel Cusk - Prestigio
Estaban vacíos.
Boris Vian - La hierba roja
Sí porque él nunca había hecho tal cosa como pedir el desayuno en la cama con un par de huevos […] sí y entonces me pidió si quería yo decir sí mi flor de la montaña y primero le rodeé con los brazos sí y le atraje encima de mí para que él me pudiera sentir los pechos todos perfume sí y el corazón le corría como loco y sí dije sí quiero Sí.
James Joyce - Ulises - traducción de José María Valverde
Estuve escuchando y lo oí alejarse y me volví a dormir.
Ernst Hemingway - Al romper el alba
Esperé no tener malos sueños.
Anthony Burgess - Poderes terrenales
Sentía que me ahogaba.
Anton Chejov - Extraña confesión
Él se fue, y yo desperté del sueño.
Marco Tulio Cicerón - El sueño de Escipión
Y, como todo el Mundo sabe, no ha regresado nunca.
H.G. Wells - La máquina del tiempo
El futuro nos enseñará en qué va a terminar este nuevo período de su vida.
Lev Tolstoi - Resurrección
Cien millas más allá.
John Dos Passos - El Gran Dinero
Dormía en el campo de centeno, cansada, cansada por nuestro viaje.
Marguerite Duras - El arrebato de Lol V. Stein
Debajo de ella el suelo estaba lejos, sin alcance.
Juan Rulfo - La vida no es muy seria en sus cosas
Y ya sintiéndose mejor, se sirvió por fin una taza de café negro y caliente.
Philip K. Dick - ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Sonreí y me despedí de ella con la mano.
Kazuo Ishiguro - Pálida luz en las colinas
Ella, entonces, sólo se había reído y había dicho que sí.
Thomas Bernhard -
No aparté mis ojos de ella mientras iba ascendiendo por el cielo nocturno y sólo me marché cuando encontró su sitio en la oscuridad.
Paul Auster - El palacio de la luna
Luego volví al vehículo, lo puse en marcha y emprendí el regreso a Los Angeles.
John Fante - Pregúntale al polvo
Nunca más volví a verla.
Raymond Chandler - El sueño eterno
Y a veces, muy tarde de noche, paso frente a escaparates con carteles de estrellas del simestim, todos esos ojos preciosos, idénticos, que me miran desde caras que son casi tan idénticas, y a veces los ojos son de ella, pero ninguna de las caras lo es, ninguna es nunca la suya, y la veo muy a lo lejos en el borde de esta extensión de noche y de ciudades diciéndome adiós con la mano.
William Gibson - Quemando cromo
Ja, ja, ja, ja, ja.
Bernard Shaw - Pigmalión
Vayamos a casa.
Ursula K. Leguin - Planeta de exilio
De frente, marchen.
Kurt Vonnegut - La pianola
“Vamos”, respondió él, y volvió la espalda al panorama.
Salman Rushdie - Los versos satánicos
El bar estaba vacío.
Romain Gary - Un soñador… un poco loco
Dio media vuelta y se alejó en busca de su cerveza y sus sandwiches.
Eric Ambler - Viaje al miedo
“¡Como un perro!”, dijo, era como si la vergüenza hubiera de sobrevivirle.
Franz Kafka - El proceso
¡Guau! ¡Guau!, guau.
Henry Miller - Sexus
Sus ojos se cerraron y se quedó dormido.
John Steinbeck - Al este del Edén
Creo que murió inmediatamente después.
Georges Bernanos - Diario de un cura rural
Solo.
Samuel Beckett - Compañía
Le llevaron a su habitación, y aquel mismo día, el mundo, respetuosamente estremecido, recibió la noticia de su muerte.
Thomas Mann - Muerte en Venecia
Al pasar el coche pudo distinguir en su interior las caras desencajadas y pálidas de sus hijos y a su mujer que, sacudida por los sollozos, se tapaba la boca con un pañuelo para no gritar.
Amparo Dávila - «El entierro», Muerte en el bosque
Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos.
Marguerite Yourcenar - Memorias de Adriano
Esta necesidad que tengo de escribir algo peligroso para mí, como la puerta de un sótano que se abre, donde hay que entrar cueste lo que cueste.
Annie Ernaux - Perderse
Toc, toc.
Ben Marcus - Norteamericanas ilustres
Espero a que el hombre malo me deje entrar.
Ottessa Moshfegh - Nostalgia de otro mundo
Tengo miedo.
Simone de Beauvoir - La Mujer Rota
Morir para detener el Tiempo.
Marguerite Duras - Fuegos
Será un acto piadoso.
Adolfo Bioy Casares - La invención de Morel
Esto he grabado en la montaña, y mi venganza está escrita en el polvo de la roca.
Edgar Allan Poe - La narración de Arthur Gordon Pym
La muerte prepara el nuevo nacimiento netamente espiritual, un acceso a un modo de ser no sujeto a la acción destructora del tiempo.
Mircea Eliade - Epílogo de Nacimiento y renacimiento
Y con el pie en el límite, declaro que no estoy en condiciones de ir más allá, porque con un solo paso más estaríamos fuera del ámbito de la estupidez, que incluso en teoría es variado einteresante, y entraríamos en el de la sabiduría, una región desértica y en general esclavizada por los hombres.
Robert Musil - Sobre la estupidez
Pero esto se acabó: el veneno me consume, me abandonan las fuerzas, y se me cae la pluma de las manos; hasta el odio con que te miro le siento desmayar, y me muero.
Montesquieu - Cartas Persas
Después de mi muerte puede darse mi amigo toda la prisa que quiera para sacarlas en letras de molde, y así la publicación del libro será la fúnebre esquela que vaya diciendo por el mundo a cuantos quieran saberlo que ya el infelicísimo autor de estas confesiones habrá dejado de padecer.
Galdós - Lo prohibido
Estoy cansado del pensamiento.
Oscar Wilde - El crítico como artista
—¿Cómo van a cansarse los tontos?
Franz Kafka - Contemplación, niños de campo
Me tomo una copa y me voy.
Jean Echenoz - Me voy
Confío en que cuando no esté piensen alguna vez en mí.
Arthur Conan Doyle - Los refugiados
Ninguna razón hay para que no suceda.
Alfred Jarry - Ubu Rey
Y vosotros, si queréis seguirme, comeréis pasteles.
Aristófanes - La Paz
¡Genial!
Norman Mailer - Los desnudos y los muertos
El viaje a París se producirá pasado mañana.
Josep Plà - El cuaderno gris
Le veo proseguir su camino y veo cómo da un paso más allá y, por la callejuela húmeda, oscura y estrecha, acaba llegando a su rincón, y allí, sin sonido ni palabras, aparte se queda ya.
Enrique Vila-Matas - Doctor Pasavento
Fundido en negro.
John Irving - Mis líos con el cine
Y por fin, débil, la caída: este día ha terminado.
Ian McEwan - Sábado
Un gran sosiego.
Julian Barnes - El sentido de un final
Pero ya el metro me había enseñado que siempre se puede cambiar de línea y de andén y que, si uno no puede escapar a la red, ésta permite sin embargo algunos bellos rodeos.
Marc Augé - El viajero subterráneo. - Un etnólogo en el metro.
Y nos adentramos cabalgando en la noche, dejando atrás las casas de nuestros compatriotas dormidos.
George Saunders - Lincoln en el Bardo
Y yo, en el camino, sólo deseaba una cosa: dormir.
Mijaíl Bulgákov - La garganta de acero
Mi Guía y yo entramos en aquel camino oculto, para volver al mundo luminoso; y sin concedernos el menor descanso, subimos, él delante y yo detrás, hasta que pude ver por una abertura redonda las bellezas que contiene el Cielo, y por allí salimos para volver a ver las estrellas.
Dante - La divina comedia, “Infierno.
Volví de aquellas sacrosantas ondas tan reanimado como las plantas nuevas, renovadas con nuevas hojas, purificado y dispuesto para subir a las estrellas.
Dante - La divina comedia, “Purgatorio.
Aquí faltó la fuerza a mi elevada fantasía, pero ya eran movidos mi deseo y mi voluntad como rueda cuyas partes giran todas igualmente, por el Amor que mueve el Sol y las demás estrellas.
Dante - La divina comedia, “Paraíso.
El sol no es sino la estrella de la mañana.
Henry David Thoreau - Walden
La belleza será convulsiva o no será.
André Breton - Nadja
Y en cualquier caso, acabará.
Louise Glück - Amor inmortal. - VITA NOVA
Es necesario olvidar para estar presente, olvidar para no morir, olvidar para permanecer siempre fieles.
Marc Augé - Las formas del olvido
Acaso tenga algo de razón.
André Gide - El inmoralista
Quizá ha llegado el momento de tomar al pie de la letra las grandes frases.
Peter Sloterdijk - En el mundo interior del capitalismo
Y para ver cuál puede ser el resultado, voy a apagar mi lampara eléctrica.
Junichiro Tanizaki - El elogio de la sombra
Esto que hago ahora es mejor, mucho mejor que cuanto hice en la vida; y el descanso que voy a lograr es mucho más agradable que cuanto conocí anteriormente.
Charles Dickens - Historia de dos ciudades
Tal vez esa palabra existe: el azar.
Clément Rosset - Lógica de lo peor
Noto los empujones, los tirones, los movimientos de los demás.
Richard Ford - El día de la Independencia
Para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, no me queda más que desear en el día de mi ejecución la presencia de muchos espectadores que me acojan con gritos de odio.
Albert Camus - El extranjero
Mi carne puede tener miedo; yo, no.
Jorge Luis Borges - El Aleph, Deutsches Requiem
Tal vez encuentre el colocón definitivo.
William S. Burroughs - Yonqui
Déjate ir.
Patrick Modiano - En el café de la juventud perdida
Yo cuidaré de ti.
Octavia Butler - Hija de sangre
Siempre me ha encantado tu nuca.
William Gaddis - Gótico carpintero
Nadie nos cuida, pero eso es lo que me decía.
Joan Didion - El año del pensamiento mágico
([…] La canción continúa, a oscuras, y aumenta de volumen.)
Sam Shepard - Locos de amor
¡Se acabó lo de hacerse el muerto!
Luigi Pirandello - Mundo de papel
¡Ahora descansad un rato!
Elfriede Jelinek - Deseo
(Se van, con una marcha fúnebre.)
William Shakespeare - El Rey Lear
Ella sigue aquí, sigue aquí, sigue aquí.
Maggie O’Farrell - Sigo aquí
Y en sus ojos no hay nada.
Alain Robbe-Grillet - La casa de citas
Suena como si él fuese a cantarle en voz queda, no para decirle nada de sí mismo, no para quejarse, sino para hablar sólo de ella, ella es la única que ha sufrido, ella es la única que tiene derecho a quejarse, pero él la consuela, y la evoca, y le asegura una y otra vez que ella está allí, ella sola, a solas con él, nadie más, todos la molestan, por eso quiere que lo deje a solas con ella, dos, tres días, y aunque ella está enterrada, yace allí, allí donde siempre estuvo enferma, y en palabras la trae, y ella no puede abandonarlo.
Elias Canetti - El juego de ojos
Alegres y afines figuras de ángeles los contemplan desde lo alto de la bóveda, y qué dulce será el momento, si en su día vuelven a despertarse juntos.
Goethe - Las afinidades electivas
(Las vecinas, arrodilladas en el suelo, lloran.)
García Lorca Federico - Bodas de Sangre
Y él aguarda un final diferente.
Anthony Burgess - El reino de los réprobos
Después, en la oscuridad, aunque nadie lo vea, sonríe.
Dino Buzzati - El desierto de los tártaros
Y recuerda cuando la vida era dulce y ya no puede encarar dulcemente lo que le queda de vida.
Raymond Carver - Limonada
Su sonrisa encierra, o eso nos parece, una promesa de que quizá volvamos a nacer y esta vez será en el momento y lugar adecuados.
Olga Tozarcuk - Los errantes
A su alrededor los espectros familiares bailan el vals, como falenas que chocan al girar contra una pantalla, como el polvillo al sol, como los barquichuelos perdidos en el mar, que mecen su frágil carga, los viejos toneles, los peces muertos, las poleas y los cabos, las boyas, el pan duro, los cuchillos y los hombres.
Alain Robbe Grillet - Las Gomas
Al final, bajo un cielo entristecido, comienza a llover.
Franz Kafka - Contemplación, Reflexiones para jinetes
Y a esto le sigue un suspiro, luego un leve encogimiento de hombros y otro suspiro, .
Bret Easton Ellis - American Psycho
¿Qué hay detrás de la ventana?
Roberto Bolaño - Los detectives salvajes
De lo que no se puede hablar hay que callar.
Ludwig Wittgenstein - Tractatus
Eso es todo.
Thomas Bernhard - El sótano
A veces no hacer nada es lo más violento que puede hacerse.
Slavoj Zizek - Epílogo - Adagio de Sobre la violencia
pienso pienso pero no le doy muchas vueltas y quito este papel de la máquina de escribir mientras le doy una patada a la rata que se pasea distraída.
Charles Bukowski - El padecimiento continuo
No, todo esto no es suficiente para formar un libro, pero tenía que contar algunas cosas, aunque queden todavía muchas cosas vividas por contar.
Ernst Hemingway - Muerte en la tarde
Escribo para que el agua envenenada pueda beberse.
Chantal Maillard - Matar a Platón
Por eso no pronuncio la fórmula, por eso dejo que me olviden los días, acostado en la oscuridad.
Jorge Luis Borges - El Aleph, La escritura de Dios
Ahora, resuelto a no reanudar las andanzas, me apresto a emprender un viaje mucho más extenso que todos los otros, habiendo vivido setenta y dos años de una existencia infinitamente accidentada y aprendido a conocer por ella el valor del sosiego y la bendición de concluir en paz mis días.
Daniel Defoe - Robinson Crusoe
Sigo mirando: la mancha disminuye, y luego, a su vez, de la manera más discreta, también se apaga.
Julian Barnes - Metrolandia
¿Y no crees que una llama es suficientemente real mientras arde… incluso aunque llegue un momento en que se apaga?
Joyce Carol Oates - Puro Fuego
Gran parte de cuanto creemos, y así es hasta en las últimas conclusiones, con idéntica obcecación y buena fe, nace de un primer engaño en las premisas.
Marcel Proust - Albertina Desaparecida
De esta manera seguimos avanzando con laboriosidad, barcos contra la corriente, en regresión, sin pausa hacia el pasado.
Francis Scott Fitzgerald - El gran Gatsby
Y los muros de este infierno serán, así, cada día más herméticos.
Ernesto Sábato - El túnel
El lago está en silencio, los árboles me rodean, sin preguntar ni dar nada.
Margaret Atwood - Resurgir
Y desde muy lejos, pero cada vez más cerca, mi hijo llora, y llora, y llora, y llora, y llora, y llora, y llora, y llora: como si quisiera despertar a los muertos.
James Baldwin - Blues de la calle Beale
Un rápido tajo en mi muñeca izquierda y la liberación está asegurada… cálida, la sangre fresca traza grotescos dibujos sobre las carcomidas y decrépitas lápidas… hordas fantasmales se apiñan sobre las tumbas en descomposición… dedos espectrales me llaman por señas… etéreos fragmentos de melodías no escritas en celestial crescendo… distantes estrellas danzan embriagadoramente en demoniaco acompañamiento… un millar de diminutos martillos baten espantosas disonancias sobre yunques en el interior de mi caótico cerebro… fantasmas grises de asesinados espíritus desfilan ante mí en silenciosa burla… abrasadoras lenguas de invisible llama estampan la marca del Infierno en mi alma enferma… no puedo… escribir… más.
H.P.Lovecraft y C. M. Eddy - Los amados muertos
No he notado nada.
Sarraute Nathalie - El silencio
Una muerte más sutil se prepara.
Jean Genet - El niño criminal
Allí vienen.
Max Frisch - Homo Faber
Los marcianos les devolvieron una larga, larga mirada silenciosa desde el agua ondulada.
Ray Bradbury - Crónicas marcianas
Ellos perseveraron.
William Faulkner - El ruido y la furia
Yo los vi.
Mario Vargas Llosa - La guerra del fin del mundo
Parecía que el grupo se había ido a bailar, dejando las sillas vacías bajo el brillo de los rayos del sol, unos rayos que arrancaban espantosos destellos del líquido vertido de alguna bebida que había quedado sobre la mesa.
Yukio Mishima - Confesiones de una mascara
Creo que todo el mundo sabía que era la última gota de placer.
Anaïs Nin - Delta de Venus
Y al día siguiente una lluvia apacible de cenizas, hacia el oeste, hasta más allá del Windsor Park.
Sebald - Vértigo
Pero, ¿quién podría augurar el desenlace final?
Freud - El malestar en la cultura
Era solo una de las preguntas que ninguno tenía intención de responder.
Gordon Williams - Perros de paja
No digas quién o qué, pero episodios como este suceden en el mundo, rara vez, pero suceden.
Nicolai Gogol - La Nariz
Ya hemos hablado bastante.
Wilde - La decadencia de la mentira
Ahora, lo único que puedo pedir es que respeten la soledad que se aproxima.
Mario Bellatín - Salón de belleza
Y repitiendo al final lo que dije al principio: el hombre prefiere querer la nada a no querer.
Nietzsche - La genealogía de la moral
Este mundo no es su mundo; ni esta vida es su vida.
William Faulkner - Mientras agonizo
Pero nos encontramos tan sólo al comienzo de esta nueva historia, que será larga y, como siempre, dolorosa.
Marc Augé - Una antropología de la movilidad
El rubio chillaba, pataleaba y se lamentaba, pero lo agarraron entre todos y se sirvieron de él hasta quedar saciados.
Anaïs Nin - El internado
Se dio la vuelta para darles tiempo de recobrarse y esperó, dirigiendo la mirada hacia el espléndido crucero, a lo lejos.
William Golding - El señor de las moscas
Dejó de llorar al instante.
Juan Trejo - El fin de la guerra fría
Y dando media vuelta, con las manos en los bolsillos, el Pijoaparte salió de allí.
Juan Marsé - Últimas tardes con Teresa
Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras.
Juan Rulfo - Pedro Páramo
Y, piedra entre las piedras, regresó, con la alegría del corazón, a la verdad de los mundos inmóviles.
Albert Camus - La muerte feliz
En realidad, sólo sintió el impacto de la calle adoquinada.
Patricia Highsmith - Una afición peligrosa
Tomó un sorbo de aire, se detuvo en medio de un suspiro, dio un estirón y murió.
Lev Tolstoi - La muerte de Iván Illich
Alguien tiró tras él un perro muerto en la barranca.
Malcolm Lowry - Bajo el volcán
Mientras se levantaba, vio los dedos de ella tensarse extasiados en torno al dinero.
William T. Vollmann - El atlas
Prometió ir al aeropuerto a despedirse.
César Aira - El congreso de literatura
En silencio y con una sonrisa, y con todo lo que quedaba de él, la maldijo.
Patricia Highsmith - Mar de fondo
Y pensaba también que él debía de ser de estos, de los que trabajan al sol, no de los que buscan el placer en la sombra.
Pío Baroja - La busca
Esta idea le aterrorizaba y le excitaba al mismo tiempo mientras contemplaba la idea de vivir en Amsterdam.
Irvine Welsh - Trainspotting
Cargando con ese peso, resolló y tomó aliento, se bajó del taxi y presentó su película.
Chris Kraus - Amo a Dick
Todo lo que él odiaba estaba aquí.
Philip Roth - El teatro de Sabbath
No había audio.
Don DeLillo - Cero .
Su deseo de ahora en adelante, saliendo de su disciplina, sería apostar por lo invisible.
Regis Debray - Vida y muerte de la imagen
Al fin el avión estuvo sobre él, arrastrando consigo, mientras se alejaba por el cielo inflamado, el silencio y la muerte.
Alberto Moravia - El conformista.
Cerró los ojos y se durmió.
Baricco - Sin sangre
Entonces el aeroplano dio la vuelta y empezaron a perder altura.
Julian Barnes - Mirando al sol
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso - El dinosaurio
Quién sabe qué cara habría puesto.
Antonio Tabucchi - El juego del revés
El sueño había terminado.
Téofile Gautier - Viaje por España
¿Quién crees tú que lo soñó?
Lewis Carroll - Al otro lado del espejo
¿Quién sabe?
Simone de Beauvoir - Los Mandarinos
Sus abrasados ojos, negros en la profundidad de sus cuencas, parecían entrever el destino que le aguardaba, pero siguió avanzando decididamente, la mirada orientada hacia la oscura ciudad donde los hijos de Dios dormían en sus camas.
Flannery O’Connor - Los profetas
Fue un poco más tarde cuando no se dio cuenta de que había empezado a llover.
J. G. Ballard - La sequía
Tiró al fuego el paquete vacío y se quedó mirando cómo ardía.
Daphne du Maunier - Los pájaros
Después entró en su casa por la puerta trasera, que estaba abierta desde las seis, y se derrumbó de bruces en la cocina.
Gabriel García Márquez - Crónica de una muerte anunciada
Y cuando volvió en sí, estaba echado de espaldas en una playa sobre la arena muy fría y caía la lluvia de un cielo bajo y la marea estaba lejana.
David Foster Wallace - La broma infinita
Las olas pronto se lo llevaron y se perdió en la oscuridad y la distancia.
Mary Shelley - Frankenstein
Tras unos minutos, el cielo se abrió, apacible y amistoso, sembrado de estrellas.
Milan Kundera - La ignorancia
Aunque su sueño estuviera en realidad relacionado con el ruido de la lluvia.
Wittgenstein - Sobre la certeza
Después la luz pasó y él permaneció como una gran silueta negra recortada contra el cielo estrellado, una gran silueta negra que amenazaba con gesto imponente el cielo y toda su multitud de estrellas.
H. G. Wells - El alimento de los Dioses
Cuando dejó la playa, la mar aún seguía siendo ella misma.
Derek Walcott - Omeros
Sin duda, en la sombra un ángel inmenso, de pie y con las alas desplegadas, esperaba su alma.
Víctor Hugo - Los miserables
Pero toda sombra es, al fin y al cabo, hija de la luz y sólo quien ha conocido la claridad y las tinieblas, la guerra y la paz, el ascenso y la caída, sólo éste ha vivido de verdad.
Stephan Zweig - El mundo de ayer
¡A costa de mil amarguras, la soledad, que poco a poco se había ido infiltrando en él, quedaba definitivamente cristalizada en su destino!
Victor Català - Solitud
Tenía setenta y cinco años e iba a introducir unos cuantos cambios en su vida.
Jonathan Franzen - Las correcciones
Y entonces, mediante un rodeo grandioso, se vería incitado a caer del tiempo para entrar en la eternidad de abajo, término ineluctable al que poco importa, a fin de cuentas, que llegue por decaimiento o por desastre.
Emil Cioran - La caída en el tiempo
Siguió despacio, de escalón en escalón, hacia el interior de su casa.
Gabrielle D’Annunzio - El placer
Y allí permanecería hasta que sus perseguidores, a su vez, fueran a buscarle.
Doris Lessing - Canta la hierba
Pero nosotros nos fuimos esa misma noche.
Cesare Pavese - La playa
Su alma se fue desvaneciendo poco a poco mientras oía el ruido de la nieve cayendo levemente sobre el universo y cayendo levemente también, como el descenso de su final
-
postrero, sobre los vivos y los muertos.
James Joyce - «Los muertos», Dublineses
Murió el mes pasado, a la edad de ochenta y dos años.
Isaac Asimov - Yo, robot
Estábamos solos, el día era apacible, y su pequeño corazón, desposeído, había dejado de latir.
Henry James - Otra vuelta de tuerca
Sonreía.
Romain Gary - Las raíces del cielo
La muerte le llegó sencillamente, como llega la noche cuando se marcha el día.
Victor Hugo - Los miserables
No le acompañó sacerdote alguno.
Goethe - Werther
En su propia memoria lo debemos sepultar, y ponerle por lápida tan sólo su ejemplo.
Fernando Pessoa - última frase del Apéndice del Libro del desasosiego
La tela estaba prácticamente intacta: algunas líneas al carboncillo, cuidadosamente trazadas, la dividían en cuadrados regulares, esbozo de la sección de una casa que ninguna figura vendría ya a ocupar.
Georges Perec - La vida instrucciones de uso
Después todo halló la paz en un montoncillo de polvo lívido.
Giuseppe Tomasi di Lampedusa - El gatopardo
Una joven galaxia daba ahora vueltas, palpitante y poderosa, en lugar de la antigua.
Mircea Cartarescu - El sueño
A él ya no le asusta el vacío, a ella ya no le asusta nada.
Jean Echenoz - Rubias peligrosas
Los dos pertenecían a la misma especie; nunca habían estado seguros de lo que deseaban; por lo tanto, eran los más aptos para descubrirlo en ese mundo futuro.
Brian W. Aldiss - La nave estelar
Pasaban y palidecían en la tierra oscurecida, el mundo venidero.
Cormac McCarthy - Todos Los hermosos caballos
De gentes así será el Reino de los Cielos.
Aldous Huxley - Contrapunto
Les dedicaremos próximamente otra obra.
Sartre - El ser y la nada
La actividad de esos hombres me interesaba solamente como ilustración de esa ley de fatalidad que, de acuerdo con mi íntima convicción, domina la historia y de esa ley psicológica que obliga a un hombre que realiza el menos libre de sus actos a crear en su fantasía toda una serie de razonamientos retrospectivos para demostrarse a sí mismo que ha obrado libremente.
León Tolstói - Guerra y paz
Bajo los ardientes rayos del astro, tal era el rumor que habitaba la tierra, los hombres crecían, un negro ejército vengador brotaba lentamente en los surcos y fructificaba para ser recogido en los siglos venideros y aquella germinación pronto haría estallar la tierra.
Émile Zola - Germinal
Habrá una enorme explosión y la Tierra, tras volver a convertirse en una nebulosa, errará por los cielos libre de parásitos y de enfermedades.
Italo Svevo - La conciencia de Zeno
Se vaciarían las mentes de todo el fárrago que las obstruye; se desarrollaría metódicamente y con ejercicios apropiados, la vivificante facultad del OLVIDO.
Dubuffet - Cultura Asfixiante
Y si él no los recuerda, ¿quién lo hará?
Coetzee - Infancia
Y en efecto el autor empezó entonces a escribir las palabras.
R.L. Stevenson - La isla del tesoro
¡Confiar y esperar!
Alexandre Dumas - El conde de Montecristo
¿Había alternativa?
Donald Barthelme - City Life
Deja que recupere fuerzas y la haré regresar.
Carlos Fuentes - Aura
El hombre hablaba, los demás lo escuchaban con interés y sus sexos desnudos miraban tristes, indolentes y aburridos a la arena amarilla.
Milan Kundera - El libro de la risa y el olvido
—Envejecí.
Raymond Queneau - Zazie en el metro
Nunca llegué a recuperarla.
Mircea Cartarescu - Las Bellas Extranjeras
¡No me dejen tan triste!
Antoine de Saint-Exupéry - El principito
Si lo piensa uno bien, pobres todos nosotros.
Graham Greene - El tercer hombre
¡Ay, la humanidad!
Herman Melville - Bartleby, el escribiente
Una crisis permanente.
Julia Kristeva - Historias de amor
—Mierda.
Gabriel García Márquez - El coronel no tiene quien le escriba
¡Pidámosle un dichoso y bienaventurado FIN!
- Las mil noches y una noches
Y vosotros, haced que salude con descargas todo el ejército.
Shakespeare - Hamlet
El telón cae con mucha lentitud.
Ionesco - Las sillas
Mientras aguarda, mira la televisión y bebe mucha agua.
Stephen King - El umbral de la noche
¡Nos enterrará a todos!
Marcel Proust - El mundo de Guermantes
Claro que después dispondrá de mucho tiempo.
Simenon - La nieve estaba sucia
¿Se revela el tiempo mismo como el horizonte del ser?
Heidegger - Ser y tiempo
Ahora ya no.
Daphne du Maurier - Mi prima Rachel
Se ha detenido otra vez el viento, y a través de esa calma, desde el lugar en el que escarba el perro, se abre paso un olor dulzón, de vieja carroña, que impregna el aire.
Rafael Chirbes - Crematorio
Así, contra todo pronóstico, en el crepúsculo del tercer milenio siguen bailando en la oscuridad, al ritmo de una música primitiva cuyo culto parece no querer extinguirse jamás.
Virginie Despentes - Vernon Subutex
Bajo la capa de hielo la nieve es un polvo denso.
Peter Hanke - Los avispones
Después de todo, yo tampoco he perdido el tiempo, yo también me he zangoloteado como todo hijo de vecino en este universo descabellado.
E. M. Cioran - Ese maldito yo
Pero seguir amando, más cada día, es lo único que consuela.
Antonio Escohotado - Sesenta semanas en el trópico
En cualquier caso, ha sido un inmenso privilegio haber vivido en la historia.
Arthur Danto - “El final del arte”.
Y finalmente quizás haya desempeñado un papel también la voluntad, que conservé tenazmente, de reconocer siempre, aun en los días más negros, tanto en mis camaradas como en mí mismo, a hombres y no a cosas, sustrayéndome de esa manera a aquella total humillación y desmoralización que condujo a muchos al naufragio espiritual.
Primo Levi - Si esto es un hombre
El que algunos de nosotros sepamos leer y escribir y un poco de matemáticas, no significa que merezcamos conquistar el universo.
Vonnegut Kurt - Hocus Pocus
Y el paso marcando, izquierdo y derecho, izquierdo y derecho, marchamos, marchamos, sacamos el pecho, cien músicos vienen subiendo el repecho, tambores y pífanos, videbún, videbún, unos van en cabeza, otros van en común, algunos aguantan, otros cómo y según, uno sigue adelante, otro más y otro aún, videbún, videbún.
Alfred Döblin - Berlín Alexanderplatz
No inventamos nada, ahí queda eso, sí, sí, sí, sí.
Jean François Lyotard - Economía libidinal
Eso está bien dicho —respondió Cándido—, pero hay que cultivar nuestro jardín.
Voltaire - Cándido
¡Sí, sí, sí!
Gunter grass - El tambor de hojalata
Pero no está mal tener la maleta siempre preparada en la habitación, al menos como advertencia.
Imre Kertesz - Un instante de silencio en el paredón El Holocausto como cultura
Pero aquí comienza el espacio del silencio.
Amos Oz - Hacia la muerte
¿Acaso no depende todo de nuestra manera de interpretar el silencio que nos rodea?
Lawrence Durrell - Justine
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Borges - «El amenazado», El oro de los tigres
Ya sé lo que es pasar por eso.
Mark Twain - Las aventuras de Huckleberry Finn
Voy a tirarme en la cama, enfriado, muerto de cansancio, buscando dormirme antes de que llegue la mañana, sin fuerzas ya para esperar el cuerpo húmedo de la muchacha en la vieja cabaña de troncos.
Onetti - El pozo
—Recuérdame.
Maggie O’Farrell - Hamnet
No quiero.
Lars Nóren - Terminal .
Esta es la razón, la única razón, por la que has de ser ahorcado.
Hannah Arendt - Eichmann en Jerusalén
¡No capitulo!
Eugene Ionesco - El rinoceronte
Lo repetía como al dictado de una voz interior: era una buena agenda para una semana que prometía empezar bien.
Fogwill - Urbana
Todo en orden —murmuró caminando hacia la puerta con aire de inmensa satisfacción.
Agatha Christie - Café solo
¡Y Dios no te de paz y sí gloria!
Unamuno - Del sentimiento trágico de la vida
Ah…, corre, corre.
John Updike - Corre, conejo
Ahora.
Toni Morrison - Jazz
Muy bien, dijo, y cerró la puerta.
Raymond Carver - “Recolectores”, Short Cuts
Y lloró, al fin.
Delibes - El camino
No llores…, y ahora vete a tu casa, y no vuelvas a pecar.
Benito Pérez Galdós - Misericordia
Suspiró, encendió la televisión y se quedó dormido.
Jerzy Kosinski - Desde el jardín
Sin duda, respondió; ése es el último capítulo de la historia del mundo.
Heinrich von Kleist - Sobre el teatro de marionetas
Qué paz.
Joy Williams - Estado de gracia
Avanzaba desde lejos, subiendo y bajando sosegadamente, como un encogimiento de hombros de la eternidad.
Arthur Koestler - El cero y el infinito
Le dijo que era como antes, que todavía la amaba, que nunca podría dejar de amarla, que la amaría hasta la muerte.
Marguerite Duras - El amante
Tambaleándose de nuevo, y con un frío invadiéndole, la dejó en la cama, y se echó a su lado, besó el rostro virginal, apenas sonriente, tan bello como la primera noche, besó la mano aún tibia pero grávida, la conservó en su mano, la conservó con él hasta el sótano donde lloraba una enana, no se recataba en llorar a su hermoso rey que agonizaba contra la verrugosa puerta, su rey condenado, que lloraba también por dejar a sus hijos de la tierra, sus hijos que no había podido salvar, y qué harían sin él, y de pronto la enana le pidió con voz vibrante, le ordenó que lanzase la última invocación, tal como estaba prescrito, pues había llegado la hora.
Albert Cohen - Bella del señor
Y en la calle resonó una irrefrenable carcajada.
John Dos Passos - Rocinante vuelve al camino
Cerró los ojos, y esperó al empleado de la policía que vendría a verificar la muerte.
Ray Bradbury - La multitud
Hasta que examinaron las sortijas que llevaba no reconocieron quién era.
Oscar Wilde - El retrato de Dorian Gray
Llamaba hacia sí a todas las gabarras del río, todas, y la ciudad entera y el cielo y el campo y a nosotros, todo se llevaba, el Sena también, todo, y que no se hablará más de nada.
Louis Ferdinand Céline - Viaje al fin de la noche
¿Será posible que de esta bacanal de la muerte, que también de esta abominable fiebre sin medida que incendia el cielo lluvioso del crepúsculo, surja alguna vez el amor?
Thomas Mann - La montaña mágica
Sí.
Clarice Lispector - La hora de la estrella
Lo sabes.
Sally Rooney - Gente normal
Sin embargo, los hombres racionales, no patearán ni pelearán ni armarán una lamentable pataleta; se quedarán mansamente sentados, relajados, gozando del espectáculo, dejándose llevar por las olas hasta su fatal extinción.
Valerie Solanas - Manifiesto Scum
¿Y acaso no se esfuman en el crepúsculo nuestras vidas con la misma rapidez que ese disgusto infantil?
Patrick Modiano - Calle de las tiendas oscuras
Sí, pensó, abandonando el pincel, presa de la fatiga, he tenido mi visión.
Virginia Woolf - Al faro
Y eso fue lo último que vio.
Milan Kundera - La vida está en otra parte
([…] En el escenario, a oscuras, sólo se oye la música de la flauta, mientras por encima de la casa se alzan, nítidas, esas sombrías torres que son los bloques de pisos y cae el telón.)
Arthur Miller - Muerte de un viajante
Seguían desangrándose.
Alan Pauls - El pasado
A fin de cuentas, daba igual la edad que tuviesen, el que fueran tan jóvenes, lo único que importaba era que las habíamos amado y que no nos habían oído mientras las llamábamos, que seguían sin oírnos ahora, aquí arriba, en la casa del árbol, con nuestro escaso cabello, nuestra barriga, llamándolas para que salgan de aquellas habitaciones donde se habían quedado solas para siempre, solas en su suicidio, más profundo que la muerte, y en las que ya nunca encontraremos las piezas que podrían servir para volver a unirlas.
Jeffrey Eugenides - Las vírgenes suicidas
Y un día vendrá, sí, un día vendrá en mí la capacidad tan roja y afirmativa como clara, suave, un día lo que yo haga será ciegamente, seguramente, inconscientemente, pisando en mí, en mi verdad, tan íntegramente lanzada en lo que haga que seré incapaz de hablar, sobre todo un día vendrá en que todo mi movimiento será creación, nacimiento, quemaré todos los noes que existen dentro de mí, me demostraré a mí misma que nada hay que temer, que todo lo que yo sea será siempre donde haya una mujer con mi principio, alzaré dentro de mí lo que soy un día, a un gesto mío ondas se levantarán poderosas, agua pura sumergiendo la duda, la consciencia, seré fuerte como el alma de un animal y cuando hable serán palabras no pausadas y lentas, no levemente sentidas, no llenas de voluntad de humanidad, no el pasado corroyendo al futuro, lo que yo diga sonará fatal e íntegro, no habrá ningún espacio dentro de mí para que sepa que existe el tiempo, los hombres, las dimensiones, no habrá ningún espacio dentro de mí para notar siquiera que estaré creando instante por instante, no instante por instante: siempre fundido, porque entonces viviré, solo entonces viviré más que en la infancia, seré brutal y mal hecha como una piedra, seré leve y vaga como lo que se siente y no se entiende, me rebasaré en ondas, ah, Dios, y que todo venga y caiga sobre mí, hasta la incomprensión de mí misma en ciertos momentos blancos porque basta cumplirme y entonces nada impedirá mi camino hasta la muerte-sin-miedo, de cualquier lucha, descanso me levantaré fuerte y bella como un caballo joven.
Clarice Lispector - Cerca del corazón salvaje
Y dicho esto, buena suerte chicas y mejor viaje.
Virginie Despentes - Teoría King Kong
Tenemos una larga gira por delante.
Susan Sontag - En América
(No se mueven).
Samuel Beckett - Esperando a Godot
Cada uno se baña para sí.
Gunter Grass - Años de perro
Es cuanto por ahora podemos decir de las personas que parecen buenas y no lo son.
Benito Pérez Galdós - Doña Perfecta
Les invito a examinar su deber y las obligaciones de su cargo en la tierra, porque todos tenemos una concepción vaga y a duras penas (...).
Gógol - Las almas muertas
De todos modos, esto es cierto: sea cual fuere el significado de mi grito, está destinado a perdurar más allá de todo fin posible.
Pier Paolo Pasolini - Teorema
Era ya de noche cuando por fin volvimos a casa.
Philip Roth - El declive
Nos abrieron la puerta aquellos que nos ven aún cuando no conseguimos vernos a nosotros mismos, respondiendo con generosa acogida a nuestros cálculos pueriles, a nuestros deseos inestables, a nuestros esfuerzos limitados y torpes.
Réné Daumal - El monte análogo
Uno tras otro iban en dirección a sus habitaciones.
Virginia Woolf - Fin de Viaje
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Marx - Manifiesto del Partido Comunista
—Vayamos a trabajar.
Émile Zola - La obra
Andando, andando.
Antonio Tabucchi - Se está haciendo cada vez más tarde
Salieron y se internaron en la ciudad.
Julian Symons - La senda del crimen
Y caminaron toda la noche.
Jerzy Andrzejewski - Las puertas del paraíso
La ciudad aún estaba allí.
Saramago - Ensayo sobre la ceguera
Luego siguieron su camino.
Robert Walser - El ayudante
Al buscar el olvido, trataban de recordar.
William Peter Blatty - El exorcista
Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro.
George Orwell - Rebelión en la granja
Y a partir de ese momento no sabemos nada.
Paul Auster - Fantasmas
Hace mucho tiempo que espero.
Stephen King - Ojos de fuego
La lluvia cae silenciosa, despacio.
Simenon Georges - La mirada indiscreta
Sea como sea, por el momento no hay síntomas de que vaya a enfermar de tiempo.
Martin Amis - La enfermedad del tiempo
Pero a partir de hoy mi vida, toda mi vida, independientemente de lo que pueda pasar, no será ya irrazonable, no carecerá de sentido como hasta ahora, sino que en todos y en cada uno de sus momentos poseerá el sentido indudable del bien, que yo soy dueño de infundir en ella.
Lev Tolstoi - Ana Karenina
Nada, no me ocurre nada, es sólo que he dado un salto fuera de mi destino, y ahora ya no sé hacia donde dirigirme, hacia qué correr.
Emil Cioran - Del inconveniente de haber nacido
¿Quién no está así?
Rosi Braidotti - Metamorfosis
Ni siquiera lo sabe.
Simone de Beauvoir - Las bellas imágenes
Ahora es de noche, oigo en lo más hondo de mí el vivo ruido del mar que se acerca.
Le Clézio - El buscador de oro
No tengo ni la más mínima idea sobre el final.
Pedro Juan Gutiérrez - Animal tropical
Pero parece ser que no hay vuelta atrás.
Svetlana Boym - El futuro de la nostalgia
No escribiré más.
Cesare Pavese - El oficio de vivir
¡Nunca más!
Edgar Allan Poe - El cuervo
¡Me hundo!
August Strindberg - Comedia onírica
Entonces algo sube por mi interior y lo recibo llamándolo por su nombre, con los ojos cerrados: Buenos días, Tristeza.
Françoise Sagan - Buenos días, tristeza
Así que, siendo mortal, debes pensar con la consideración puesta siempre en el último día, y no juzgar feliz a nadie antes que llegue el término de su vida sin haber sufrido ninguna desgracia.
Sófocles - Edipo Rey
Podemos volver a nuestro hogar cuando queramos.
Agatha Christie - Un crimen dormido
—Esperá que termine el pitillo.
Julio Cortázar - Rayuela
—¿Fuma usted mucho? —repitió May.
André Malraux - La condición humana
Ovación clamorosa.
Miranda July - El primer hombre malo
Y ahora, ¿está preparado para jugar?
Philip Kerr - El infierno digital
—Sí —dijo con un estremecimiento—, hazla pasar.
Dashiell Hammett - El halcón maltés
—Lléveme.
Patricia Highsmith - Extraños en un tren
Pero me negué y no volví más allí.
Thomas Bernhard - El frío
Quisiste que te enseñara el placer de vivir y el placer del arte; quizá esté llamado a enseñarte una cosa infinitamente más bella: el valor y la hermosura del dolor.
Oscar Wilde - De Profundis
Todo lo excelso es tan difícil como raro.
Baruch de Spinoza - Ética
Mira su color.
Ali Smith - Otoño
Debes comprender tu tarea concreta, trabajar hasta que esté hecha y pararte ahí.
David Mamet - Una profesión de putas
Mi rostro empieza a dibujarse en la pantalla del tiempo.
Marguerite Yourcenar - Recordatorios
Me olvidarán enseguida.
Michel Houellebecq - Plataforma
¡Afortunadamente!
Camus - La caída
Y el espectáculo del horror sigue su curso.
Simon Critchley - En qué pensamos cuando pensamos en fútbol
Tal como había temido desde el principio.
Philip Roth - Elegía
Es hora de marcharse.
Margaret Atwood - Oryx y Crake
Lo sé.
Truman Capote - Crucero de verano
Ya cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él.
Jonathan Franzen - El fin del fin de la tierra
¿Qué haremos ahora?
Arthur C. Clarke - Factor detonante
Salvar algo del tiempo en el que ya no estaremos nunca más.
Annie Ernaux - Los años
—Dentro de poco es mañana y no será mañana nunca.
Antonio Lobo Antunes - El archipiélago del insomnio
Y tarareo.
Toni Morrison - Amor
Mañana, mañana.
Henry Miller - Trópico de Capricornio
¡A la mierda todos! —murmuro.
Eduard Limónov, Soy yo - Édichka
¿Puedo irme?
Agustín Fernández Mallo - Nocilla Experience
No te vuelvas a ir.
Martín Gaite - Las ataduras
¿Dónde te metiste?
Nietzsche - El viajero y su sombra
Volveré.
Tom Wolfe - Todo un hombre
¡Mañana, mañana acabará todo!
Dostoyevski - El jugador
¡Descansa!
E.T.A. Hoffmann - Nocturnos
Te quiero.
Sally Rooney, Dónde estás - mundo bello
Ahora déjame en paz para siempre.
Graham Greene - El final del affaire
Vale.
Cervantes - Don Quijote de la Mancha
Ya lo entenderás más adelante.
Benito Pérez Galdós - La desheredada